Las cebollas pertenecen a la familia de plantas Genus Allium, al igual que los ajos y los puerros.
Los miembros de esta familia de plantas absorben el azufre del suelo, que posteriormente se dispersa en su composición. Cuando troceamos una cebolla esta composición celular se rompe dispersando estos compuestos químicos y desprendiéndose.
Los aminoácidos sulfóxidos se descomponen por unas enzimas llamadas alinasa formando gas de azufre natural, este gas al contacto con el agua de nuestros ojos provoca una reacción creando pequeñas cantidades de ácido sulfúrico, un ácido que en cantidades más grandes es muy peligroso.
Este ácido sulfúrico activa las glándulas lagrimales haciendo que nuestros ojos lloren diluyendo dicho ácido.
Para cortar cebolla y no llorar desde "curiosidades", te recomendamos ir lavando la cebolla a medida que la vas cortando (así iras diluyendo los gases), otra opción es congelar la cebolla durante diez minutos antes de cortarla (al estar a baja temperatura se ralentiza la reacción que producen los compuestos sulfurados volátiles y una última opción es ponerte unas gafas de buceo (así los gases no entraran en contacto con tus ojos).
¿Que otros trucos conoces para cortar la cebolla sin llorar?
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Fuente: curiosidadesbatanga.com
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